miércoles, 14 de agosto de 2013

Energía y Desarrollo Sustentable



Lo que procuro exponer, tiene como centro de atención el mercado energético y su relación con los tres determinantes del desarrollo sustentable: la pobreza, el medio ambiente y el crecimiento económico.

En este sentido, cabe resaltar que desde hace años, más precisamente desde la implosión de la Revolución Industrial, se vienen generando desequilibrios ecológicos en todo el planeta, principalmente a causa de la tremenda expansión económica y de la depredación ecocida que los seres humanos proporcionan cotidianamente sobre el medio ambiente.

Por esto, este tema tan recurrente y que ha estado en la escena pública desde hace algún tiempo, por los desequilibrios ocasionados por la tremenda expansión económica acaecida, no ha sido acompañada por un importante y dirigido control de los recursos que el ambiente natural nos regala (aclaro, que nos regala porque los tomamos sin devolver nada a cambio).

Ante esta realidad, es considerable observar que en un plazo no muy lejano, el mercado energético puede llegar a ser un condicionante para el crecimiento irrestricto de las económicas, porque los recursos son cada vez más escasos y las demandas de productos y el consumo es cada día más ilimitado. No entender que los recursos naturales son finitos y las demandas infinitas, implica suponer que se puede jugar al futbol sin pelota. Porque, en el largo plazo, con carencia de energía la economía mundial tiende a estancarse indefectiblemente.

Pues, este sector económico es esencial ya que es el lubricante esencial para el motor de la economía, que si no es tratado seriamente terminará generando un problema, que tarde o temprano perjudica a los menos favorecidos. Por lo tanto, cada gobierno nacional deberá destinar una parte importante de sus recursos monetarios a invertir en energía, porque con escasa oferta energética se podrá un freno al crecimiento económico, aumentará la pobreza y se deteriorará aún más el ambiente natural.

De esta manera, para lograr el ansiado desarrollo sustentable que todos desean, o sea para que el crecimiento económico de un país sea amigable con el medio ambiente, es necesario invertir en energía. Pero, no en cualquier tipo de energía, sino en energía renovable, para que no existan problemas futuros de abastecimiento y no se perjudique al ambiente, buscando además que se llegue a una mayor cantidad de personas con recursos escasos, para mitigar la pobreza energética que en muchos países ya da cuenta de ser crónica.

La importancia de este sector radica en que las decisiones que se toman a corto plazo van a repercutir sobre los agregados macroeconómicos y van a desalentar el crecimiento, tanto en el mediano como en el largo plazo. Obviamente, perjudicando a las naciones en sus proyecciones de aumento de la riqueza.

Considerando que la energía debe ser una de las medidas esenciales para sacar de situación de pobreza e indigencia a las personas, la inversión debe destinarse al aumento de la energía renovable, como la eólica, la solar, etc., para mejorar las posibilidades futuras de los países.