Normalmente se habla poco, o no se dice nada, de lo cerca
que nos encontramos de entrar en una nueva era, plasmada de quiebres
significativos en las actividades que, comúnmente, desarrollan los seres
humanos. Porque, como veremos, cada vez son mayores los riesgos ambientales que
sucumben a las sociedades toda, alterando los ciclos normales de la producción,
por ejemplo.
Lo expresado arriba es de fácil comprobación. Todos los días
encontramos diversas notas o informes en los diarios, revistas y en internet
sobre distintos inconvenientes climáticos que alteran el normal funcionamiento
de la vida de los ciudadanos.
Sin ir más lejos, la última semana, en el Diario del Centro
del País de Villa María, se exhibió una nota dando a conocer las precipitaciones
del año que paso. Si, cualquiera de nosotros lo analiza detenidamente, podemos
encontrar la carencia de precipitaciones que copo la zona villamriense, pues
esta región se cambio el régimen de lluvias.
Según un trabajo de investigación realizado por dos
estudiantes locales de la UTN Villa María, la precipitaciones que acontecen en
la ciudad, desde hace un tiempo ya, giran en torno a extremos: o no cae un sola
gota en todo un mes o, cuando lo hace, las mismas son abundantes. Esto, sin
dudas, hace pensar en uno de los problemas ambientales más importantes y
complejos de nuestro tiempo: el Cambio Climático.
Ahora, cuando algunos dudan de su existencia, nos
encontramos con que la misma es innegable. Pues, Villa María no es el único ejemplo de lo
que esta aconteciendo en la actualidad. Por ejemplo, en las Sierras Cordobesas,
hay emergencia hídrica. En una nota del
Diario la Voz del Interior de Córdoba, se habla de la preocupante situación que
se viene generando en las Sierras Chicas y Punilla, por la carencia de caída de
agua.
En estos pueblos, de normal cauce de agua, vienen teniendo
problemas para abastecer a toda la sociedad, porque los niveles han bajado
sobremanera. Esto, conjuntamente con el aumento de las temperaturas, genera consecuencias
indeseables para la sociedad, ya que la carencia de este recurso tan valioso
puede aumentar las enfermedades, entre otros problemas.
También en La Voz del interior, sale una nota donde
infoclima explica que el pasado año 2011 fue el de menores precipitaciones de
los últimos cinco años. Recordemos que, el último año critico en lluvias fue el
2009, donde las sequías lograron que se perdieran fortunas en divisas y la
destrucción de millones de toneladas de producción.
Lo que se viene, luego de un 2011 prácticamente seco, con un
40% menos de lluvias, es una disminución, o nula producción de maíz. Esta falta
de humedad que esta sufriendo el suelo, por las escasas lloviznas, puede
generar pérdidas incalculables para el sector agropecuario y la consecuente disminución
de la entrada de divisas al país. Agravando, aún más, la situación monetaria de
la Argentina y de las Provincias.
Por ejemplo, en Rio Curto, los productores están exigiendo
al gobierno que organice y cree un “Fondo Anticrisis” para combatir las
pérdidas de éstos. Según Eduardo Buzzi, Presidente de la Federación Agraria
Argentina, es necesario que se implemente un fondo anticrisis para asistir a
los productores ante la grave situación por la sequía
en la Pampa húmeda, donde ya hay pérdidas irreparables. Diríamos, ahora, que la
Pampa dejo de ser húmeda, para volverse seca.
Según La Voz del Interior, sobre un trabajo de Cartez, en
Córdoba se calcula que las pérdidas económicas ascienden a U$S 786 millones,
porque la falta de agua de lluvia y las temperaturas altas han disminuido la
producción de soja y maíz en la provincia en, alrededor, de las 3,43 millones
de toneladas. Esta genera mayor preocupación, por las perdidas monetarias para
afrontar todo tipo de erogaciones. Además, el consecuente inconveniente que le
puede generar a un productor privado para afrontar sus costos para la próxima campaña.
Claramente, y finalizando, podemos considerar como las
sequías como una de las primeras consecuencias del cambio climático. Además de
otras tantas, ésta es perjudicial a la actividad económica porque limita la
producción de los productos más indispensables para el hombre: el agua y los
alimentos.
Uno, porque si no conseguimos obtener agua para beber, lavar
los alimentos, asearnos, etc. La convivencia misma se torna conflictiva. Si agua
no podemos vivir, porque nuestro cuerpo posee el 70% de agua. Si no lavamos los
alimentos, las enfermedades se pueden propagar constantemente y hasta pueden
ser terroríficas.
El otro, porque si el agua escasea, limita la producción de
productos alimenticios. O sea, la producción, como acabamos de comentar más
arriba, se torna en pérdidas irrecuperables que logran que menos alimentos lleguen
a los ciudadanos, porque el precio tiende a aumentar ante la falta de cosechas
y solo los más pudientes podrán conseguirlos.
Entonces, la crisis hídrica, puede desencadenar problemas
económicos recurrentes, perjudicando, como siempre, a los más necesitados.