jueves, 16 de abril de 2009

La Economía y las Elecciones


A escasos meses de las elecciones, que pueden signar el futuro del matrimonio Kirchner, la economía amaga con boicotear las cercanas designaciones que los argentinos viviremos en la inmediación.
Por esto, es que es más que necesario analizar que nos deparará el futuro próximo en relación a los pilares de una economía que pueden desempeñar (o mejor dicho, que van a desempeñar) un papel fundamental en las elecciones. Con ello, hago alusión a que el desempeño de la economía, para bien o para mal, va a marcar el futuro del gobierno kirchnerista y del país en su conjunto.
La economía mundial es un desastre, y nuestro país no esta exento de esto. Pues, si bien la estamos pasando mejor que la mayoría de los países denominados desarrollados, tampoco podemos decir que vamos a salir ilesos de esta eclosión internacional. Aunque, como predicen muchos, la economía argentina entra en crisis cada cinco o seis años, y siempre muestra signos de erosión contundente en la actividad, podemos afirmar que en esta ocasión el país se encuentra en una mejor situación, ya que posee mayor solidez.
La realidad nos muestra un panorama bastante oscuro, pero como se dice comúnmente en la jerga de la economía, se debe mirar no solo la foto, sino también, obviamente, la película. En este sentido, es que debemos mirar más allá de junio o julio de este año, sino lo que viene en un marco de extrema volatilidad económica a nivel mundial.
Los pronósticos que se han dado a conocer desde hace ya varios meses en torno a la crisis financiera internacional y a su repercusión en la Argentina y en los países menos desarrollados, ha sido totalmente erróneo. Pues, se han hecho predicciones que distan seriamente con la realidad, porque no solo que hemos sentido el golpe nosotros, sino que además, la economía mundial parece recuperarse con cierta anterioridad. Igual, queda mucho camino por recorrer como para aventurarnos a dar un veredicto preciso. El tiempo, como siempre, tendrá la razón a su debido momento.

En lo que respecta al tema de las elecciones y la economía argentina, los síntomas de enfriamiento económico son preocupantes. Porque, como veremos, los pilares que sustentan al modelo tambalean. Veamos los más importantes.
La situación fiscal no es del todo satisfactoria, porque se observa un marcado deterioro en el resultado, comparado con los dos últimos años y analizando las proyecciones para este año. Hasta, se especula, que pueda llegar a ser negativo, aunque realmente no creo que llegue a concretarse esa proyección.
Con respecto a la situación monetaria y financiera, se viene observando una disminución en algo más de doscientos millones en las reservas del Banco Central, siendo esto negativo en cuanto al futuro control del tipo de cambio y de la tasa de interés, pero también al nivel de retenciones. No hay que olvidarse, que se deben atender compromisos de deuda externa que, sin duda, limita la discrecionalidad.
En cuanto a la situación cambiaria, se observa un tendencia creciente en los primeros meses del año, aunque abril marco un tendencia más bien declinante, que parece estancarse en el corto plazo. Pero, como se espera un mayor precio de los productos agrícolas, la entrada de divisas puede pujar a la baja al tipo de cambio.

Ahora, en relación a los indicadores que definen el desempeño y la situación económica del país, nos encontramos con algunos de éstos en rojo, y otros con pronósticos más alentadores. Es, por ejemplo, que la creación de empleo en el último tiempo, desde comienzo de este año, se ha estancado, mostrando, además, un nuevo aumento del trabajo en negro. Síntoma de la baja calidad del entramado productivo nacional.
En cuanto al nivel de actividad, se observa que el índice se ha estancado, fundamentalmente por el freno rotundo del consumo privado que trata de ser llenado con el aumento del público. Pero, sin duda, que no tiene el mismo peso y, así, el estancamiento se puede ir acentuando.
Otro dato, no menor y positivo, es el “veranito” de los precios de las materias primas. Éste, definido así por varios analistas, puede llegar a alargarse durante gran parte del 2009, pues el dragón chino no disminuirá abruptamente el consumo de materias primas, mostrando un signo positivo para la Argentina. Si esto perdura, las predicciones pesimistas serán equivocadas y las posibilidades de salir antes de la crisis se corresponderían.

Para finalizar, no sin saber que han quedado afuera de este breve análisis varios puntos importantes, como por ejemplo la preocupante inflación, podemos avizorar que las elecciones nos serán fáciles para el país, porque lo que predomina es una incertidumbre feroz, que no va a ser eliminada en el corto plazo, sino más bien a mediano-largo plazo.
La crisis internacional golpea a la economía de nuestro país, y las elecciones no estarán ajenas a esta realidad sofocante. Qué sucederá, es la pregunta que se hacen muchos, y que nadie sabe. El tiempo, una vez más, signara el futuro.

Nicolas Pepicelli
walternicolasp@hotmail.com
nicolaspepicelli@hotmail.com