viernes, 22 de julio de 2011

La Ecologia que debilita la Economia

porque la economía ilimitada destruye la ecología......

La realidad que prima entre nosotros, es la de vivir en el corto plazo. Esta forma de vida, genera daños y perjuicios severos a largo plazo, para una economía y para la naturaleza. Porque muchas, sino la mayoría, de las actividades económicas que emprendió una sociedad determinada, a lo largo de su historia, generaron impactos negativos que han venido afectando el bienestar y la calidad de vida de las personas. Esto, no solamente en el proceso inmediato, sino que, y más importante aún, a lo largo del tiempo; porque como dijo J. M. Keynes: “en el largo plazo todos estamos muertos”.

Este desprestigio constante de los seres humanos sobre los recursos mas indispensables que nos “dan de comer”, se transforma en una realidad que degrada los recursos naturales y perjudica el bienestar social a largo plazo. Ya que, esto, conlleva a la perdida del poder del suelo para rindes agrícolas, dando como resultado la merma en los rendimientos del sector agropecuario. Esta disminución, puede llegar a ser fatal porque, seguramente, ocasionará hambrunas, que han de sufrir los países más pobres por no poder contar con los recursos monetarios necesarios. O sea, que la escasez de alimentos la sufrirán aquellos que más necesitan y, comúnmente, donde se generan los mismos.

Por ejemplo, la pérdida de bienestar que puede experimentar una persona dentro de cincuenta años, por culpa de la disminución de los rindes, llega a estimarse en un 30%; aunque no se sabe con seguridad si no llega a ser de alrededor del 200%, debido a una variedad de factores, entre los que se incluye a una disminución del lado de la oferta, por el decaimiento en los rendimientos productivos, y a un aumento del lado de la demanda, por su calidad de bienes indispensables para la vida, crecerá más que proporcionalmente.

Cuando, siguiendo los ejemplos, se transforma un bosque tropical en terreno agrícola, se transforma capital natural en capital económico, y se sacrifican, ineficientemente, dos funciones del propio capital natural: por un lado, se pierde un depósito de carbono y, al mismo tiempo, un secuestrador del mismo. La perdida del primer servicio ambiental, sin más, afecta las posibilidades de consumo de la sociedad; y la perdida del segundo servicio, afecta las posibilidades de inversión de la misma sociedad.

De esta manera, vemos que cuando se modifica la capacidad y utilidad de un determinado recurso natural, en este caso un bosque tropical, en la gran mayoría de los casos el impacto se deja sentir durante demasiado tiempo, incluso, a veces, de forma irreversible. La transformación del bosque tropical del ejemplo anterior, puede suponer la perdida de un determinado acervo de diversidad biológica, entre otras cosas; siendo esta perdida, posiblemente, un impacto negativo irreversible para la naturaleza y, en efecto, para la sociedad y las personas que la habitan.

Por todo esto, es que se hace necesario, en el contexto de la toma de decisiones con respecto a la problemática del ambiente, no perder de vista que algunos impactos de la actividad económica harán pagar sus daños varios años después. Este es el caso, para mostrar otros ejemplos, del cambio climático, de los residuos nucleares, de la perdida de diversidad biológica, entre otros.

Como la naturaleza es un patrimonio mundial común del ser humano y que todas las personas, sin importar raza, religión o nacionalidad, tienen el mismo derecho a disfrutar sus servicios básicos; todos, independientemente, del momento de la historia que les toca contar. Es que se hace fundamental mirar a largo plazo y cuidar, sin temores, el medio ambiente para que la economía no destruya a la ecología….


Nicolas Pepicelli

walternicolasp@hotmail.com